EL JAMÓN: UN PROCESO LENTO Y NATURAL
EL JAMÓN: UN PROCESO LENTO Y NATURAL
El proceso de producción del jamón y paleta en Fermín es lento y natural. Puede durar desde 15 meses hasta más de 4 años.
Durante más de 60 años, hemos mantenido el mismo proceso lento y natural de curación de nuestros productos.
En Fermín, la producción del jamón y la paleta es un arte lento y natural, un ritual que puede durar de 15 meses a más de 4 años. Durante más de 60 años, hemos respetado un proceso de curación donde cada paso cuenta una historia.
El proceso de producción del jamón y paleta en Fermín es lento y natural. Puede durar desde 15 meses hasta más de 4 años.
Durante más de 60 años, hemos mantenido el mismo proceso lento y natural de curación de nuestros productos.
En Fermín, la producción del jamón y la paleta es un arte lento y natural, un ritual que puede durar de 15 meses a más de 4 años. Durante más de 60 años, hemos respetado un proceso de curación donde cada paso cuenta una historia.
DESPIECE Y PERFILADO
DESPIECE Y PERFILADO
Cada pieza de jamón se limpia para eliminar el exceso de grasa, poniendo especial cuidado para no dejar el jamón (o la paleta) desprotegida. Es importante que no haya agujeros ni fisuras que puedan facilitar la penetración de ácaros durante el proceso de curado.
SALADO Y LAVADO
SALADO Y LAVADO
El salado es una técnica muy antigua que conserva los alimentos frescos sin ingredientes artificiales.
La salazón es una de las etapas cruciales en la producción del jamón ibérico. Las piezas clasificadas por tamaño se cubren generosamente con sal marina, un proceso que ayuda a deshidratar la carne y preservarla. El tiempo de salado varía según el peso de la pieza, siendo aproximadamente un día por cada kilo de carne. La temperatura y humedad controladas ayudan a que la distribución de la sal sea homogénea.
Una vez que las piezas han completado su proceso de salado, se lavan con agua tibia para eliminar el exceso de sal. Una vez limpios, se trasladan a un secadero para la estabilización de la sal. Este proceso posterior al salado ayuda a la distribución de la sal de manera uniforme en el interior de la pieza. Esta etapa dura entre 3 y 4 meses. Es importante controlar la temperatura y la humedad ya que se considera un paso «crítico» para la correcta elaboración del producto.
El salado es una técnica ancestral que preserva los alimentos sin la necesidad de ingredientes artificiales.
Esta etapa es fundamental en la producción del jamón ibérico. Las piezas, clasificadas por tamaño, se cubren generosamente con sal marina, un proceso que favorece la deshidratación y conservación de la carne. El tiempo de salado varía según el peso de cada pieza, siendo aproximadamente un día por cada kilo. El control de la temperatura y la humedad es esencial para asegurar una distribución homogénea de la sal.
A continuación, las piezas se lavan con agua tibia para eliminar el exceso de sal y luego se trasladan a un secadero, donde se estabiliza la sal. Este proceso adicional garantiza una distribución equitativa de la sal en el interior del jamón y se extiende de 3 a 4 meses. Durante esta etapa, es esencial controlar cuidadosamente la temperatura y la humedad, ya es un paso «crítico» para garantizar la calidad del producto.
SECADO Y MADURACIÓN
SECADO Y MADURACIÓN
Una vez que las piezas alcanzan una temperatura «estable», son trasladadas a los secaderos naturales. Este proceso de secado, lento y pausado, permite que el jamón logre una maduración óptima.
La ventilación controla la temperatura y la humedad, abriendo y cerrando ventanas para crear el ambiente perfecto. Durante el día, la «sudoración» natural de la grasa se complementa con la concentración y el enfriamiento de la noche, un elemento clave en esta transformación. En este período, cada pieza pierde entre un 30% y un 40% de su peso inicial.
En Fermín, seguimos un proceso artesanal y único de curado, donde el tiempo depende de la raza del cerdo, el tamaño de la pieza y la genética de cada animal. Es en este instante donde ocurre la magia: los jamones y paletas continúan los procesos bioquímicos iniciados durante el curado, desarrollando así sus excepcionales cualidades de aroma, sabor y textura que los hacen verdaderamente singulares.
SELECCIÓN PIEZA A PIEZA
SELECCIÓN PIEZA A PIEZA
Determinar el momento en que el jamón está listo no es una tarea sencilla. Nuestro Maestro Jamonero inserta un hueso natural en el interior de la pieza en varias ocasiones a lo largo del proceso de curado, confiando en el aroma que emana para evaluar su progreso.
El Maestro Jamonero es el encargado de controlar e inspeccionar cada pieza, desde el inicio hasta el final. Su labor culmina con una selección minuciosa, evaluando cada jamón individualmente para decidir si está listo para dejar nuestras instalaciones y emprender su viaje hacia la cocina.