En La Alberca, un pueblo con siglos de historia, la Celebración de San Antón es mucho más que una festividad: es una muestra viva de nuestra identidad, un lazo que une a generaciones y un recordatorio de la solidaridad que caracteriza a nuestra comunidad. Cada enero, este evento reúne a vecinos y visitantes para rendir homenaje a una de las tradiciones más arraigadas de la región, que ha perdurado a lo largo del tiempo gracias al compromiso de muchas personas, entre ellas la familia FERMIN.
Los orígenes de una tradición única
Los orígenes de una tradición única
El cerdo ibérico ha sido parte esencial de la historia de La Alberca y de la Península Ibérica desde hace más de 3.000 años. Se dice que fueron los fenicios quienes introdujeron este animal en la región en el año 1100 a.C., y durante el Imperio Romano, su crianza y aprovechamiento se consolidaron. A lo largo de los siglos, el cerdo se convirtió en un símbolo de supervivencia y prosperidad, y su carne pasó a ser un alimento clave en la dieta de la población.
En La Alberca, la tradición del Marrano de San Antón nació de un acto de solidaridad. Hace siglos, el pueblo comenzó a criar un cerdo entre todos los vecinos con un propósito muy claro: ayudar a la familia más necesitada del año. Durante meses, el animal deambulaba libremente por las calles, alimentado y cuidado por los habitantes, hasta que finalmente era donado a quienes más lo necesitaban. Este gesto, además de ser una muestra de generosidad, reforzaba el sentido de comunidad y unión entre los albercanos.
Sin embargo, con el paso del tiempo y los cambios sociales, la costumbre cayó en desuso, y durante décadas el Marrano de San Antón dejó de recorrer las calles del pueblo.
El renacimiento de la tradición
El renacimiento de la tradición
Afortunadamente, en la década de los años 80, un grupo de albercanos decidió recuperar esta tradición y devolverle su significado original. Entre ellos estaba Fermín Martín, fundador de FERMIN, quien jugó un papel clave en su restauración. Gracias a su esfuerzo y el de otros habitantes de La Alberca, el Marrano de San Antón volvió a caminar por las calles del pueblo, despertando el interés de vecinos, turistas y medios de comunicación.
Desde entonces, cada 13 de junio, día de San Antonio de Padua, se lleva a cabo la ceremonia de bendición del cerdo en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, y comienza su «andadura» por La Alberca. Durante meses, los vecinos lo alimentan y protegen, asegurándose de que esté bien cuidado hasta el día de San Antón Abad, el 17 de enero.
El legado continúa
El legado continúa
Hoy, esta tradición sigue viva gracias a la dedicación de Santiago y Paqui Martín, quienes han mantenido el compromiso de la familia FERMIN con el Marrano de San Antón. Como cada año, FERMIN dona el icónico cerdo «Antón», símbolo de la festividad. Este 2025, además, la familia FERMIN tiene el honor de asumir el rol de Padrinos de la celebración.
«El cerdo siempre ha sido un símbolo de solidaridad en La Alberca, y es verdaderamente especial ver a toda la comunidad unirse a su alrededor.” – Santiago Martín, co-propietario de FERMIN.
Los festejos de este año tendrán lugar el sábado 18 de enero de 2025, culminando con la rifa de Antón. Los fondos recaudados beneficiarán a la Asociación ALCER, dedicada a apoyar a pacientes renales. Aunque el destino de la recaudación varía cada año, el espíritu solidario sigue siendo el corazón de este evento.
La jornada comienza con una misa en honor a San Antón Abad, seguida de música, baile y la degustación de productos ibéricos. Esta combinación de tradición, cultura y gastronomía ha convertido la celebración en un referente, atrayendo a visitantes de todo el mundo que buscan vivir una experiencia auténtica en La Alberca.
Para FERMIN, ser parte de este evento no es solo un honor, sino un compromiso con la historia, la comunidad y los valores que nos han definido como familia durante generaciones. Juntos, celebramos la esencia de La Alberca y su legado de generosidad y cuidado.
